Basque Culinary Center

Los cocineros vascos, como buenos anfitriones, quisieron dar la bienvenida a esta élite de la cocina mundial con una tradicional cena en la sidrería Zapiain, que se convirtió, a fin de cuenta, en un reencuentro de grandes amigos.

La puntualidad no fue el plato fuerte de la cita. Pasadas las 20.30 horas un pequeño grupo encabezado por los miembros del Consejo Asesor Internacional esperaban pacientes la llegada del resto de comensales, entre otros, la de su director, Ferrán Adriá. Allí estaban nombres de reconocido prestigio como Hattori, Atala, Redzepi, Bluementhal y Acurio.

Poco a poco fueron uniéndose al grupo Karlos Arguiñano, Martín Berasategui, Juan Mari Arzak, Atxa, Arbelaitz y Aduriz. Todos afirmaban de manera unánime que la futura facultad gastronómica «es más que un sueño hecho realidad».

Ante la pregunta de porqué el lugar elegido para el centro era San Sebastián, Martín Berasategui se apresuró a decir que «la cuna de la cocina la tenemos aquí, en San Sebastián. Tenemos la mejor gastronomía del mundo y no podía ser en otro sitio más que aquí, en el País Vasco». El televisivo Karlos Arguiñano aseguró también estar «muy feliz con la idea de esta futura universidad y con el legado que tanto mis compañeros como yo vamos a dejar a futuras generaciones».

Hacia las nueve de la noche llegaron los últimos, los grandes amigos Juan Mari Arzak y Ferrán Adriá. «Hace diez años ni nos imaginábamos que esto pudiera pasar. Es la ilusión de toda una generación que ha luchado porque esto se haga realidad. El objetivo es convertir esta universidad en un referente mundial», afirmó el restaurador catalán.

¿Y con qué menú agasajaron a los mejores chefs del mundo? «Ha sido una gran responsablidad. Te puedes esperar desde un halago hasta una torta», confesó Txaro Zapiain que preparó una cena con grandes expectativas y con lo tradicional como lema: un pintxo de chorizo frito, pimiento cristal, tortilla de bacalao, txuleta, ensalada de lechuga libre, queso Idiazabal, dulce de manzana txalaka y bizcocho Rosario.